La puntualidad, mucho más que un detalle

En cualquier ámbito que nos movamos, y en cualquier país, la puntualidad es una de las normas básicas de la buena educación. Hay muchas leyendas sobre la misma, la más típica, la de llegar tarde a una fiesta o una boda, como toque de distinción. Mentira. No es elegante ni educado llegar tarde a ningún sitio.Una cita de negocios, un empleo, un espectáculo, se puede echar a perder por la impuntualidad. Siempre es mejor llegar cinco minutos antes que cinco después. Se puede esperar en la antesala del teatro, en la sala de espera de la empresa o en la cafetería de enfrente, pero es mejor llegar con tiempo.Ahora bien, tan malo es llegar tarde como llegar demasiado pronto. No sea de los invitados que está una hora antes en todos los sitios. El tiempo de anticipación de cualquier cita debe ser mínimo. Es mejor tratar de ajustarlo a la hora prevista para el acto.Como sabe en muchas de las fiestas se suele esperar un tiempo de cortesía por los invitados (se suele enmascarar con un aperitivo para dar tiempo a que se reúnan todos los invitados). No aproveche este tiempo de cortesía para llegar tarde, sino tiene una buena disculpa. Si es usted el anfitrión de un encuentro (una cena en casa o en un restaurante, por ejemplo) deberá estar antes de la hora prevista para ir recibiendo a sus invitados.Las faltas de puntualidad deben ser justificadas, pero solamente a los anfitriones y en privado. No se deben dar explicaciones a todos los invitados.Y una cosa más; si usted es de las personas impuntuales por naturaleza, procure cambiar, pues no es nada educado ni "chic" llegar tarde a todos los sitios, aunque a usted le parezca que le da personalidad (eso de ser conocido por "el rey de la impuntualidad").

2 comentarios:

LABURANTAS dijo...

Completamente de acuerdo. Hay q ser respetuoso con los tiempos del otro . si decimos nos jutnamos a las 9 ...no es a las 930... para eso diriamos 9 30 y punto.

Cris dijo...

Vos si que sabes de qué estamos hablando laburanta! Es así!