Violencia de género / gender violence

El término «violencia de género» es una expresión menos concreta y que en cierto modo suaviza la verdadera naturaleza de la violencia contra la mujer.

Menos concreta porque se referiría a la violencia practicada desde ambos sexos; y, en cierto modo, edulcorada, ya que obvia un factor que no es simétrico, que únicamente es causa en la violencia del hombre contra la mujer: el sentimiento de superioridad y dominación de éste sobre ella y, más extensamente, el machismo. Otro tanto ocurriría con los términos «violencia sexista» y «violencia de pareja».

La expresión violencia de género es la traducción del inglés gender based violence o gender violence, expresión difundida a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín en 1995 bajo los auspicios de la ONU. En el inglés se documenta desde antiguo un uso translaticio de gender como sinónimo de sex, sin duda nacido del empeño puritano en evitar este vocablo.

Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo xx se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de «sexo de un ser humano» desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres.

En español las palabras tienen género, mientras que los seres vivos tienen sexo. En español no existía tradición de uso de la palabra género como sinónimo de sexo. Mientras que con la voz sexo se designaba una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género se ha venido aludiendo a una categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. En esa línea se habla de estudios de género, discriminación de género, violencia de género, etc. Y sobre esa base se ha llegado a extender el uso del término género hasta su equivalencia con sexo.

Los términos «violencia familiar» o «violencia intrafamiliar», en sí comprenden la violencia entre todos los miembros de la familia. Con una importante presencia en Sudamérica, se vienen utilizando desde 1988 y 1993 para referirse a la violencia ejercida contra la mujer en el ámbito de la familia, y más concretamente de la pareja, debido a que frecuentemente la violencia ejercida en este ámbito va dirigida contra la mujer. Sería específica de estos casos, y referida a sucesos de violencia contra la mujer en este ámbito no debería ofrecer dudas. De igual modo, desde 1983 también se utiliza «violencia doméstica» ya que resulta común que la violencia contra la mujer aparezca en el ámbito doméstico, aunque, como Raquel Osborne expone en su libro Apuntes sobre violencia de género, oculta la causa y carácter de esta violencia.

"Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso,…) Desde diversos organismos internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez para las mujeres entre 15 y 44 años."

Raquel Osborne





Las Naciones Unidas en su 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993, ratificó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que se la reconoce como un grave atentado contra los derechos humanos e «insta a que se hagan todos los esfuerzos posibles para que sea [la declaración] universalmente conocida y respetada». Define la violencia contra la mujer en su primer artículo:

A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.

También las Naciones Unidas, en 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, aprobó declarar el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En la actualidad, Estados, organizaciones internacionales y muy diferentes colectivos, fundamentalmente feministas, destinan numerosos esfuerzos para erradicarla.

Malvinas I, ubicación


Las islas Malvinas constituyen un archipiélago de Sudamérica situado en el océano Atlántico Sur.
Se encuentran geográficamente situado frente al litoral patagónico fueguino (costas de la República Argentina), en la misma latitud que Río Gallegos (Capital de la provincia de Santa Cruz), sobre el mismo paralelo que pasa por la capital de las Islas (Puerto Argentino) y aproximadamente a 787 Km de distancia de esa población, a 705 Km de Río Grande, a 960 Km de Comodoro Rivadavia, a 1800 Km de Buenos Aires (capital del país de Argentina) y a más de 12.700 Km a Londres.

Se vincula al continente por alzarse sobre la misma plataforma continental submarina, que es un zócalo no mayor de 170 metros de profundidad conocida como Mar Epicontinental Argentino, más allá de este comienza el talud continental, el que rápidamente se hunde a más de 1.000 metros de profundidad.

Las Islas Malvinas están situadas entre los paralelos de 50º 58' y 52º 56' latitud sur, y los meridianos de 57º 42' y 61º26' longitud oeste de Greenwich, en el Océano Atlántico sur al este de la patagonia argentina con una extensión de Este a Oeste de 250 Km y de Norte a Sur de 125 Km.


El archipiélago consta de dos islas mayores y alrededor de estas hay 200 más pequeñas e Islotes, quince islas tienen más de 20 km² y el resto son de menor tamaño. Sumadas todas ellas dan una superficie total aproximada de 11.718 km².

La Isla Soledad ubicada al Este y de mayor tamaño, tiene una superficie de 6.350 km², la Isla Gran Malvina está ubicada al Oeste y tiene una superficie de 4.500 km² separadas por el Estrecho de San Carlos de aproximadamente 90 Km de largo por un ancho que varía entre los 4 Km y 30 Km.

Otras Islas de menor tamaño que se destacan son: La Isla San José tercera en tamaño de unos 270 km², se encuentra en la parte sudoeste de la Gran Malvina y próxima a ella, la Isla Vigía y la Isla Trinidad de 120 km², la Isla Borbón al norte de unos 100 km², la Isla Bouganville de 60 km², Isla Águila de 55 km², Isla San Rafael de 50 km², existen también nueve islas más que están entre los 20 y 45 km², otras tres que están entre los 7 km² y 18 km² y el resto son islas pequeñas, rocas e islotes que suman un total de 80 km² aproximadamente. Separadas del archipiélago a unos 26 km. al sur de las Islas Leones Marinos, se encuentra la Isla Beauchêsne, cuya superficie es de aproximadamente 1,5 km².

Constituyen en la actualidad un Territorio Británico de Ultramar. La República Argentina no aceptó nunca la administración británica, las considera una parte integral e indivisible de su territorio que se halla ocupada ilegalmente por una potencia invasora y ha reclamado enérgicamente ante los organismos internacionales por lo que considera su legítima soberanía sobre las islas, llegando incluso a desencadenar una guerra con el Reino Unido, ganada por este último.

En tal sentido, Argentina las incluye como parte de su Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

En la actualidad es uno de los dieciséis territorios en la lista de las Naciones Unidas de territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, con el fin de eliminar el colonialismo, por lo que la situación de las Islas es examinada anualmente por el Comité de Descolonización.

La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) considera legítimos los derechos de Argentina en la disputa de soberanía con Gran Bretaña.

La capital es Puerto Argentino/Stanley, siendo Stanley (antes Puerto Stanley) el nombre oficial británico y Puerto Argentino el argentino desde 1982.

Fuentes
www.cescem.org.ar
http://es.wikipedia.org/wiki/Islas_Malvinas

Aprender toda la vida, A. Dolina

La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos.

En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos..."
Quizá se supriman algunos.... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas.
Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios.

¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.
A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco.

Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievski, pero les parecen muy extensos sus libros. Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio.

Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro.
Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa..

Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente. Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno.

No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable.
¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera!

El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto.

Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente.
Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea.
Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc.
Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes.

Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba.
Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida.
De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda.

Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo.
"Aprenda a tocar la flauta en 100 años".
"Aprenda a vivir durante toda la vida".
"Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje".


Alejandro Dolina

Alejandro Ricardo Dolina nació en Morse, cerca de Baigorrita, partido de General Viamonte, provincia de Buenos Aires, 20 de mayo de 1944. Pasó su primera infancia en la localidad bonaerense de Caseros. Estudió música y literatura desde la juventud. Aunque siempre ha evitado comentarios sobre su vida privada, a menudo comparte anécdotas relativas a su juventud en compañía de músicos y juerguistas profesionales. Tuvo diversos empleos. A principios de la década de 1970, Dolina inició su carrera en publicidad y escribió artículos para Satiricón, una revista que, por medio del humor, comentaba temas de la política, sociedad y estilo de vida del momento.

El 2 de abril de 1985, Dolina debutó en radio al conducir un programa que se emitía por Radio El Mundo, Demasiado tarde para lágrimas. Bajo el mismo nombre, el programa se trasladó años después a Radio Rivadavia, y luego a la radio Viva FM, pasando a llamarse El ombligo del mundo. Más tarde continuó en FM Tango bautizado por motivos contractuales como La venganza será terrible, llegando hasta Radio Continental, y Radio Del Plata, donde se transmitió durante un año. A finales de 2006, el programa se trasladó a Radio 10, donde permanecería hasta fines de 2009. Desde febrero de 2010 se emite por LRA Radio Nacional. Por su trabajo en este programa, Dolina ganó, en 1991, el Premio Konex al mejor conductor.

Su programa de radio es líder en su franja horaria desde el primer año de emisiones, con un encendido superior al 50% de los receptores. Considerado ya un clásico de la radiofonía del Río de la Plata, cuando sale de Buenos Aires llena todos los auditorios donde se presenta.

Luego de Crónicas del Ángel Gris, su libro más exitoso hasta el momento, publicó El libro del Fantasma (1999) y Bar del Infierno (2005). De clara influencia borgeana, alterna la literatura fantástica, el ensayo y el relato histórico. Dolina es cantante y compositor.
Hizo dos programas de corta duración en Canal 7, La barra de Dolina (1990) y Bar del Infierno (2003).

http://www.alejandrodolina.com.ar
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Microsoft Office 2010: the social version!!!

Microsoft ha anunciado acuerdos con 2 redes sociales para sumarse a la actual conexión de LinkedIn, como es el caso de Facebook y MySpace.
La herramienta permite estar informado de las actualizaciones que nuestra lista de contactos realizan en las diferentes redes sociales que se suman a Outlook a través de Outlook Social Connect.
Esta aplicación no interactúa con las redes, ni permite por el momento hacer posteos, solo funciona como un lector de novedades de las redes y las enlaza directamente con el contacto en cuestión.
Un nuevo panel aparecerá debajo de los emails recibidos por nuestros contactos que mostrarán la actividad más recientes de ellos en Facebook, LinkedIn o MySpace.
Por el momento LinkedIn está disponible para descargar para los usuarios de Office 2010 beta y posteriormente lo harán Facebook y MySpace, aunque Microsoft ha anunciado que otras redes sociales podrán sumarse a esta conexión en el futuro.
Outlook pretende no dejarle terreno libre a Google con su Gmail que no deja de agregar funciones e intenta quitarle cada día más mercado al clásico programa de correo.
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Callejeros, Cromañón, un dolor sin fin

El 30 de diciembre de 2004 hacía mucho calor, como es costumbre para esa fecha en Buenos Aires. Ya había clima de festejos, porque al día siguiente era 31, y terminaba el año. Además era jueves, por lo que el espíritu general de la ciudad se encontraba inmerso en varios días de festejos y alegría, de juntarse con amigos y familia, y de partir de vacaciones…

Nadie, absolutamente nadie, en la ciudad era conciente que todo eso estaba por cambiar, y para siempre, de manera definitiva y sentando precedentes, cerca de la media noche.

Aquel día se presentaba en República Cromañón, un boliche de la zona de Once, el grupo Callejeros, una banda de "rock barrial" formada en 1995 y que había obtenido hasta el momento amplios índices de popularidad con su último disco, "Presión".

Ya había comenzado el show, cuando cerca de las 22:50 uno de los asistentes al espectáculo encendió un elemento de pirotecnia, cosa que ya venía sucediendo en presentaciones anteriores de la banda y que era una característica, cuyos proyectiles incandescentes impactaron en una “media sombra”, una especie de tela de plástico inflamable, que a su vez apoyaba sobre guata recubierta por planchas de poliuretano que hacían de techo del lugar. Todas irregularidades de habilitación que con el paso de los días y la investigación saldrían a la luz.

Al notar el incendio, los espectadores, cuyo número superaba ampliamente la capacidad permitida para el local, comenzaron a evacuarlo de manera desesperada.

Jóvenes, niños e incluso familias enteras descubrieron pronto que una de las salidas se encontraba cerrada definitivamente con un candado. Al cabo de unos minutos también se cortó la luz.

Muchos de los que lograban salir del lugar volvían a ingresar para rescatar a las personas que todavía se encontraban en el interior del edificio. Pese a todos los esfuerzos posibles para una emergencia de semejante magnitud, en el incendio y en los días subsiguientes murieron 193 personas, por la inhalación de diferentes gases tóxicos, y al menos 1432 resultaron heridas. Durante el operativo de socorro participaron 46 ambulancias, encargadas de trasladar a las víctimas hacia alguno de los 24 hospitales públicos o clínicas privadas que no tardaron en colapsar al cabo de unas horas. La morgue de los tribunales de la ciudad rápidamente se presentó como el centro del caos y el dolor general donde familiares y amigos iban a reconocer cadáveres o a buscar seres queridos desaparecidos en la tragedia.

Los hechos que siguieron a este inimaginable suceso son infinitos: procesos judiciales, relevamiento de responsabilidades públicas y particulares, peritajes, destituciones, juicios orales, cerramiento de la calle del local y armado de altares sobre las vallas de clausura… ese fin de año fue de duelo y luto público.

Cromañón y Callejeros. Dolor y muerte. Irresponsabilidades. Desesperanza. Pareciera que los nefastos sucesos se de esa noche se hilvanaran sin fin, hasta estos días.

Hoy, 21 de febrero de 2010, casi 5 años después de aquella noche, la “maldición Cromañón”, cobra fuerza.

En su brazo izquierdo, casi como una imagen premonitoria de una nueva tragedia en su vida, el baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, lleva tatuada la figura de una mujer semidesnuda prendida fuego. Clásico diseño en la tribu rockera, esa imagen quedará grabada en la retina de Vázquez, que hace una semana tras una discusión con su esposa, se volvió real y su mujer se prendió fuego.

Ese miércoles pelearon y sin quererlo, según declaró a la Justicia, ambos terminaron con sus cuerpos incendiados, desatando una nueva fatalidad en la trágica vida de Vázquez, quien perdió a su y a varios amigos en Cromañón.

Él terminó preso por tentativa de homicidio con quemaduras en ambos brazos y mantiendo su inocencia.

Pero Wanda Taddei, de 29 años, su esposa, que se debatió entre la vida y la muerte en el Hospital de Quemados de Buenos Aires, falleció finalmente hoy. Tenía el 60 por ciento de su cuerpo quemado y los médicos la habían inducido a un coma farmacológico para evitarle sufrimientos.

Para más datos:
http://www.quilmespresente.com/notas.aspx?idn=241063&ffo=20100221

CFK, 57

Cuando Cristina Fernández nació, el 19 de febrero de 1953, Eva Perón había fallecido hacía ya 7 meses y Ringuelet era todavía el suburbio de un suburbio. Un caserío humilde, en las afueras de La Plata, con quintas y baldíos. Se sabe poco del tiempo transcurrido en ese entorno. ¿En qué infancia no hay un misterio? Cristina contribuyó a crear el suyo con un cuidadoso silencio sobre aquellos años iniciales de los que apenas llegan algunas fotos: al año, soplando la velita; a los nueve, vestidita con el traje de danzas. Ni el nombre de la escuela primaria se sobrepone a esa edad oscura.

Los relatos de amigos y la biografía autorizada que publicó Olga Wornat, Reina Cristina, aportan poco. Una madre fuerte, Ofelia Wilhem, militante sindical en la Asociación de Empleados de Rentas e Inmobiliario (AERI) y reconocida “tripera”, fanática de Gimnasia y Esgrima La Plata, a cuyas improbables hazañas asiste con camiseta y gorro azul y blanco. A doña Ofelia le prohibieron integrar la lista encabezada por el polémico Juan José Muñoz para conducir el club. Razones de Estado.

La señora Wilhem fue el eje de esa casa. En cambio, papá Eduardo fue un colectivero ausente que se integró a la familia cuando Cristina tenía dos años y estaba en camino su hermana, Giselle. Entonces se formalizó el matrimonio. Eduardo Fernández murió en 1982. “Con su hija mayor tuvo siempre poco diálogo y escasas manifestaciones de afecto”, dice alguien que lo conoció. Su lugar en la vida de Cristina lo ocupó, especula Wornat, el tío Osvaldo Fernández, que murió bajo la balacera circunstancial de un enfrentamiento entre guerrilleros y policías, en 1974.

Giselle estudió medicina. Ejerce esa profesión desde hace más de 15 años, superados ya algunos altibajos anímicos, en el mismo sanatorio: el Hospital Rodolfo Rossi, de La Plata. Esta otra doctora Fernández es apreciada por sus colegas como una gran profesional. Jamás movió un dedo para aprovechar en su carrera el poder de la hermana y el cuñado. “Eso sí, no te le pongas en el camino si se le cruza algo en la cabeza porque es capaz de pasarte por encima”, aconseja otro médico del servicio de terapia intensiva. Aires de familia.

El abuelo materno y una tía soltera completaron el entorno inicial de la Presidenta.

Los amigos de la secundaria, el primer novio, quienes la conocen de antaño, subrayan la energía que puso siempre Cristina en silenciar aquel pasado, en no hablar de la familia, en no franquear la intimidad de esa madre enérgica, de ese padre intermitente, de esa hermana frágil y estudiosa. Hasta para los más compinches la penumbra de Ringuelet estuvo vedada. Cuenta Wornat: “Según testimonios de amigos que conocieron a Cristina en aquellos tiempos adolescentes, nunca le gustó exponer a la familia, ni siquiera en sus años más precoces, cuando la celebridad quedaba muy lejos. Sus antiguas compañeras de colegio coinciden en lo mismo: «Nunca íbamos a su casa, no nos invitaba, nos recibía en la puerta o, apenas, en el living»”.

Cristina es adolescente y el álbum se vuelve más numeroso. En todas las fotos está al aire libre. Consiguió salir de casa. El ambiente social parece ahora más elevado, con nuevas amistades. Una prima, María Silvia Rodríguez, le abre las puertas del Jockey Club de La Plata. Ella se adapta con facilidad. Le agrada ser aceptada. Es obsesiva con el aspecto, como lo será toda la vida.

El cuidado por el aspecto es tan obsesivo que hasta en ella desata humoradas: “Yo ya nací maquillada”, suele decir. Es un lugar común del relato sobre Cristina su placer por la ropa y los accesorios. Con el tiempo, el gusto se fue sofisticando, sobre todo con los viajes al exterior, reducidos por los Kirchner a Miami y Nueva York antes de llegar a Olivos. A estas alturas, los trajes y vestidos deben ser de Susana Ortiz; los zapatos, de Claude Bernard o –pocas veces– Ricky Sarkany. Las carteras, de Hermès o Channel –alguien deberá desmentir algún día el mito Louis Vuitton–, igual que los perfumes o algún trajecito. A veces condesciende a un bolso Peter Kent. Las cremas se compran, por lo general, en el exterior –maldita rosácea que la mortifica desde joven y la obliga a protegerse del sol como de un enemigo– y en cada puerto hay que detectar dónde está la mejor peluquería, capaz de equiparar la de Alberto Sanders en Buenos Aires.

El poder permite aumentar el placer por los detalles.

A los 15 años, en las fotos luce bella, delicada, abstraída. Consigue poner la mente en blanco, raro en ella. Está en el bosque de La Plata. Se la ve apoyada sobre la reja del zoológico o sentada a los pies de un eucalipto. Fuma, se arregla el pelo. El que la sigue con la cámara es Raúl Cafferata, su primer novio, un poco mayor. Juega al rugby y pertenece a una familia de la mediana burguesía platense: su padre era el tesorero de gobierno. Va al San Luis, el colegio marista. Detalles cruciales en una ciudad que presume contar con una aristocracia imaginaria, cuanto más aspiracional, más elitista y conservadora, como suele ocurrir en las urbanizaciones cuando son recientes. La incorporación a ese circuito requirió, entonces, prestar mucha atención a las marcas de estilo. Después de haber pasado por el popular mercantil, de 46 y diagonal 80, ella iba al Misericordia, muy de clase media.

Cristina mira jugar a Cafferata desde el costado de la cancha. Otra foto. Luce los oxford a la moda, estilizada, con interesante cuidado de la ropa. Sigue fumando. Carlos Bettini, niño rico y casi hermano del “Lagarto” Cafferata, sostiene un paraguas cerrado entre las manos. La chica que está a su lado lo tendrá como su embajador en España. Pero faltan más de 30 años. La última foto que se tomaron juntos es de agosto. Fue sacada en Palma de Mallorca. Están dentro de un lujoso auto oficial. Entran en el palacio de verano para ver a los reyes Juan Carlos y Sofía. Magnífica carrera.

El ingreso en la Universidad siempre es iniciático. Cristina Fernández primero pensó en ser psicóloga. Se arrepintió al año. En 1973 entró en Derecho. La casa de Ofelia quedó más lejos. Seguían las salidas para bailar en boliches o ir al club San Luis. Desde entonces dura la amistad con Ofelia Cédola, “Pipa”, compañera de facultad que por entonces noviaba con el radical Leonardo Luchesi y ahora secunda a Carlos Zannini en la Secretaría Legal y Técnica.

En 1973 Cristina conoció a Néstor y, al cabo de unos meses, terminó su relación con Cafferata. Aquel joven santacruceño, desgarbado, de cabellos largos y lentes grosísimos, ya intervenía en política. Cursaba Derecho desde 1969 y se había incorporado a la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN). La Plata vivía en ese entonces su “mayo francés”, en cámara lenta, pero impactante para un joven educado en el encierro de un hogar patagónico de inmigrantes alemanes, suizos y croatas. La FURN competía con la Federación Universitaria La Plata (FULP), donde prevalecían los radicales, que controlaban el Centro de Estudiantes de la facultad.


Quienes recuerdan al Kirchner de aquellos años, sonríen. Era un muchachote gracioso, parlanchín, hijo de una familia principal de su provincia, más fascinado por el activismo político que por el aprendizaje de las leyes. Algunos de sus antiguos compañeros están a su lado todavía. Carlos “Cuto” Moreno, en la Cámara de Diputados. Marcelo Fuentes, en la Cancillería. Juan Carlos Oliva Maturano, en Legal y Técnica. La participación política de estos jóvenes era satelital, ajena al núcleo más violento de la izquierda peronista. Ninguno de ellos alcanzó la jerarquía de un Carlos Kunkel, quien por entonces se convertía en diputado nacional. Pero tenían un dinamismo y una retórica encendida capaz de capturar a esa chica que todavía buscaba un lugar social y emocional adonde mudarse desde el contrariado hogar de Ringuelet.

Aquel novio Cafferata se enteró pronto de que Kirchner y la vida política se habían convertido en un imán para Cristina. Al poco tiempo de conocer al santacruceño, ella dejó al rugbier. Comenzó a transformarse, no sin cierta impostación, de novia en compañera. El nuevo vínculo se oficializó el Día de la Primavera de 1974. El picnic, como siempre, en el parque Pereyra. Ella dice que Kirchner la sedujo con su locuacidad. Quien mire una foto de época del Presidente puede pensar que no había otro remedio. El no recuerda lo que dijo: “Estaba borracho”, alega. Romanticismo, cero. Igual que ahora.

Los días de Cristina comenzaron a transcurrir entre reuniones políticas y pensiones universitarias en las que los jóvenes del interior ensayaban una independencia que envidiaban los hogareños chicos de La Plata. De esos años, que se sucedieron en el discutible izquierdismo que ofrecen los peronistas, datan algunos hallazgos cruciales para la nueva Presidenta. Por ejemplo, la noción –asombrosa para cualquier adolescente– de que las ideas pueden encubrir intereses. El descubrimiento, muy de época, del imperialismo como factor de la política internacional, que ahora sólo sirve para justificar la ignorancia del inglés: “Para nuestra generación –suele exagerar Cristina– ese idioma sólo servía para decir yankees go home”.

También de aquella temprana socialización deriva una tendencia a cuestionar las burocracias establecidas, a buscar la disrupción. Destilada por los años, esa inclinación puede inspirar discursos reformistas, convocatorias a una institucionalidad superior. Claro, en aquellos jóvenes la adhesión a formas mentales de la izquierda convivía demasiado bien con el componente decisionista, si se quiere autoritario, propio de las agrupaciones peronistas y que describió bien Pablo Giussani en su Montoneros, la soberbia armada. También hay que buscar en aquellos años de juventud el origen de un modus operandi que, acaso, todavía caracteriza la toma de decisiones del Gobierno. Un dirigente peronista que actuó por entonces y en ese ambiente, define: “Los Kirchner son herederos de un modo de conducción propio de la orga. En eso son setentistas puros. Hay un grupo cerrado, hermético, minúsculo, donde se toman las decisiones. Sólo allí se delibera. Y lo que resuelven se baja al resto, del que sólo se espera acatamiento. Ejecutores irreflexivos como Julio De Vido o Guillermo Moreno sólo son apreciables en ese orden de funcionamiento”. Categorías, formas de la visión y la sensibilidad que acompañan a Cristina hasta ahora.

En aquellos años comenzó a brillar en ella ese talento para la argumentación que hoy le reconocen amigos y enemigos. Y, junto con eso, una valoración especial, es posible que exagerada, de la inteligencia, que la seduce aun en los adversarios. Todavía hoy su destreza retórica lleva aquella marca universitaria. Es una forma de razonar que no pretende convencer sino vencer. Se aprende en las asambleas universitarias más que en la serena y rigurosa discusión académica. Quienes conocen de cerca a la Presidenta hacen notar ese rasgo dominante de su discurso: “No hay que pedirle consistencia científica. Es la oratoria de quien propone doblegar al adversario con una dialéctica de plazo fijo, cuya validez se agota en los límites de un congreso de partido o una sesión parlamentaria”, observa un militante de aquellos años que sigue acompañando a los Kirchner.

En 1975, esos experimentos estudiantiles habían perdido su carácter deportivo. Kirchner conoció la muerte de cerca: sus amigos Roberto “Tatú” Basile y la “Negrita” Mirta Aguilar, que eran novios, fueron acribillados a balazos, al parecer por la Triple A. Después desapareció otro íntimo de Néstor, Carlos Labollita, de Las Flores. Pertenecían, como Kirchner, a esa red de estudiantes del interior que, en La Plata, comenzaba a resultar carne de razia en las pensiones.



El 9 de mayo de 1975, Cristina y Néstor se casaron por civil. Festejaron en City Bell. Todo muy prosaico, sin fotos, a lo Kirchner. No importaba vivir en una pensión. ¿Había llegado la hora de liberarse, de una vez por todas, de la tensión de aquella casa? Ofelia les consiguió un trabajo precario en AERI, su gremio. Cristina y Néstor debían atender la mesa de entradas. Fotios Cunturis, el secretario general del sindicato, recuerda que desde esa posición los recién casados comenzaron a organizar una lista opositora, aprovechando el contacto con los delegados del interior. Cunturis casi se convierte en un precursor de Duhalde, pero consiguió zafar de ese destino: todavía está al frente del sindicato y acaba de ponerse a disposición de Daniel Scioli. Acaso planea, tarde, su venganza.

El golpe militar del 24 de marzo de 1976 terminó por aterrorizar a Cristina. El 3 de julio, Kirchner se graduó. Insistió en hacerlo: “Quiero tener el título y hacer plata para gobernar mi provincia”. Los que se empeñan en demostrar que su paso por la izquierda fue tangencial, citan esa frase y constatan que pudo seguir asistiendo a las aulas de una universidad del Estado cuando ya estaba intervenida por los militares.

Cristina, sin embargo, vivía aterrada, y consiguió convencerlo para vivir en Río Gallegos. El 26 de julio ella dejaba su ciudad natal. Con la excusa de una guerra ideológica, la vida en La Plata se había degradado a una básica animalidad. Partir era dejar atrás la violencia, los procedimientos militares a toda hora, el fantasma tangible de la muerte. La evidente conveniencia de apartarse tal vez disimulaba y volvía más fácil y aceptable otra separación. Con la fuga a la Patagonia se tendía un telón sobre aquella familia incómoda, esa infancia silenciosa, aquellas discusiones enardecidas, aquel entorno por momentos opresivo.

La política, con su viaje de emergencia, obligando a esa huida indispensable, tal vez le puso un desenlace –sólo Cristina Kirchner puede afirmarlo– a esa larga búsqueda de autonomía personal. En Gallegos, con su adecuada lejanía, sería más fácil completar la autoinvención que había emprendido muy temprano aquella chica de los modestos bordes de Tolosa. Vaya a saber si Kirchner, distraído en sus ensoñaciones de poder, no representó para esa biografía platense la síntesis de una secreta, privada, redención. En vano querer deslindar lo subjetivo de lo estatal, el hogar de la polis.

Santa Cruz podría haber sido un comienzo absoluto si no fuera por esa noche en que Néstor fue brevemente detenido, junto al hijo de una familia prominente, Rafael Flores Sureda. La provincia era segura, estaba militarizada. Los jóvenes Kirchner eran recibidos por un entorno familiar tradicional y ajeno a la política. Néstor ejercería la abogacía para firmas comerciales. Cristina viajaría a La Plata para dar en exámenes libres las tres materias que había quedado pendientes para terminar su carrera de Derecho. Y se convertiría en mamá. El 16 de febrero de 1977 nació Máximo, a quien ella llama ahora “El Oso” y con quien disfruta de las discusiones políticas.

Máximo también nació en La Plata. Cristina regresó a esa ciudad, dolorosa por mil razones, cada vez que pasó algo crucial en su vida. En el platense Teatro Argentino lanzó su postulación para el Senado en 2005. En el mismo lugar oficializó la candidatura a la presidencia, este año. Ni quienes la conocen mucho explican esa recurrencia.

En Río Gallegos se constituyó una intimidad familiar inesperada para esos militantes universitarios. Néstor comenzó a prosperar en su estudio jurídico, después asociado a Domingo Ortiz de Zárate. Cristina colaboraba. La pasaron mal cuando les plantaron una bomba, un atentado sobre el que ella tiene ahora sospechas más precisas que en aquel entonces. Lo demás fue, al parecer, dulce calma. De aquellos años es testigo Rudi Ulloa, un humilde hijo de chilenos a quien los Kirchner incorporaron como cadete, chofer, asistente todoterreno. Desde entonces, junto con su hermana y su tía, Ulloa está integrado a la familia. Ocupa un lugar político relevante. Administra un diario, una radio y un canal de televisión en la capital de Santa Cruz. Por lo visto, fue ahorrativo. No hay que indagar mucho para detectar la línea editorial del multimedia: el programa central de la cobertura política se llama, con sinceridad, El ojo del amo. Parece un chiste. Ulloa, dócil con los Kirchner, es el terror de los gobernadores santacruceños. En la escena porteña forma dúo con Carlos Zannini.

Desde aquellos años, en torno de Cristina se fue formando una especie de séquito al que ella trata de manera maternal o despótica, según el humor del momento. Una figura indispensable es Cuca Bustos: combinación de valet y ama de llaves, la acompaña a sol y a sombra. Con rango de secretaria de Estado, Cuca se encarga de la ropa. En el exterior ocupa el dormitorio contiguo, que siempre debe tener una puerta intermedia. Con la misma dedicación asiste también a la Presidenta el secretario Isidro Bounine, hijo de una antigua empleada de la casa. No sólo se encarga del despacho y la agenda. En Olivos, quienes revistan en la Casa Militar suelen verlo detrás de la primera dama, en largas caminatas, con un bolsito que contiene zapatillas por si ella decide correr o una toalla por si comienza a transpirar. Como Cuca, Isidro es paciente y silencioso frente a las frecuentes rabietas de su jefa. Ya están acostumbrados y las toman con espíritu festivo, algo que todavía no aprendió el temeroso Miguel Núñez, su vocero y acompañante permanente. Los cinco custodios asignados por la Policía Federal completan la pequeña corte de la señora de Kirchner.


Recuerdan los íntimos que, hacia fines de 1981, el matrimonio con Kirchner se puso al borde de la ruptura. Fue cuando él decidió comenzar a desentumecer su músculo político, junto con algunos viejos amigos de la Patagonia. Todavía pesaba el régimen militar y a él se le ocurrió inaugurar una agrupación, que más tarde se llamaría El Ateneo y con la que saludó el desembarco en Malvinas.

Cuenta alguien que asistió a aquel regreso a la política: “Fue la única vez que se pudo pensar en un divorcio. Cristina estaba furiosa por el miedo. Amenazó con irse. Pero él la convenció. Se podría decir que la doblegó. Fue difícil para ellos. Pero una vez que ella aceptó la decisión se convirtió en más aguerrida que él para avanzar hacia el gobierno. Tal vez fue el único camino para instalarse en la atención de un tipo que, como Kirchner, se siente atraído por pocas cosas distintas que el poder”. De nuevo el poder, lo público, el Estado, sirvió de amalgama matrimonial. Esa pasión se transformó en obsesiva, absorbente. También en Máximo tuvo consecuencias: comenzó a vivir, más que nada, con la abuela paterna, María Ostoic. Distinto sería con Florencia, la hija que nació el 6 de agosto de 1990 y a la que se le dedicó el primer viaje familiar al exterior: fueron a Orlando, a conocer el Walt Disney World, los cinco. Claro, también viajó Rudi.

Cuando se reconstruyen los datos principales de aquel reencuentro con la política se advierte que fue una operación fundacional en la que quedaron fijados ciertos roles. El origen de Cristina se convirtió en un activo. De muchos testimonios disponibles puede inferirse la misma constatación. Para la escena siberiana de Gallegos, esa joven y bella abogada que Néstor había conquistado en La Plata era una rareza urbana, un dato casi exótico. El poder tiene, en muchas provincias, rasgos arbitrarios y despóticos. No hace falta leer a Montesquieu o a su discípulo Sarmiento para verificar que esa peculiaridad se acentúa en el desierto. “Con el poder es con lo único que no se jode. Lo tengo y lo uso”, repite a menudo Kirchner, formado en el molde habitual del peronismo. Cristina sería capaz de agregarle a ese estilo un tramo argumental, discursivo, inusual en la estepa.

Sería desproporcionado decir que a la esposa de Kirchner se la asimiló dentro del grupo como un factor civilizatorio. Pero es verdad que cuando el kirchnerismo requirió mostrarse en una escena más compleja que la santacruceña, recurrió a Cristina como su activo más valioso. Fue así cuando, desde el gobierno de la provincia, se la envió al Congreso de la Nación y se la expuso ante los medios. Fue igual cuando, ya en el gobierno nacional, hubo que articular explicaciones ante la audiencia desconocida, tal vez inhibitoria, de la New York University, de Human Rights Watch o de la Casa Real de España. La cursilería de folletín querrá ver en este movimiento el fruto político de aquella íntima necesidad de aceptación de la chica de Ringuelet. Querrá interpretar que estas facilidades casi histriónicas de Cristina cubren algunas inseguridades del Kirchner privado. Jamás un líder extranjero, ni José María Aznar cuando lo solicitó, consiguió encerrarse con Kirchner a solas, sin la presencia de su esposa.

Acaso esta asignación de papeles explique una de las razones por las cuales, cuando Kirchner comenzó a percibir las tensiones de su vínculo con la escena urbana, eligió a su esposa para recuperar la sintonía. Tiene todo el rigor, desde esta perspectiva, que ella se haya propuesto ejercer una especie de control de calidad “progre” en el gobierno de su marido, como quedó demostrado cuando tomó las riendas después del fracaso electoral de Misiones, en octubre de 2006: propuso la reducción de la Corte, expulsó a Luis D’Elía de la administración, impulsó la causa AMIA para acusar a Irán y, de ese modo, demostrar a los centros de poder que el vínculo con Hugo Chávez no es más que financiero. Cristina está asociada, en el imaginario convencional del grupo, a una familia de palabras en la que figuran institucionalidad-ilustración-cultura-mundo desarrollado. Alguien adecuado para que algún periodismo la designe CFK, una Kennedy subliminal, o la Hillary latina, demócrata y primermundista, como la catapultó la revista Time.

Para la colonia kirchnerista, encabezada por un líder que –lo declara Cristina– odia leer, las evoluciones intelectuales de esta dama se vuelven más apreciables. Del mismo modo, es proverbial su impericia para el mundo del dinero. “Cuando nos casamos teníamos una cuenta en común. Un día fui a buscar los ahorros y no había nada. «Nena, se acabó. En adelante, esto lo manejo yo», le dije. Así fue hasta ahora.” El que habla es Néstor. Describe una división del trabajo que se proyecta sobre sus desempeños en el Estado. “Kirchner siempre fue nuestro ministro de Economía”, le confesó Cristina hace pocas semanas a Ségolène Royal. Los opositores encuentran en esta especie de negación del mundo material un flanco doloroso. En el Senado, el mendocino Ernesto Sáenz disfrutó haciéndole cambiar los colores de la cara a la mujer del Presidente con preguntas sobre Cristóbal López, Lázaro Báez o los Eskenazi, empresarios con demasiada intimidad con el Gobierno. Complicidades demasiado evidentes, pero que el matrimonio justifica en que “tenemos un proyecto de poder que no se va a convertir en empleado de ningún grupo económico”. Ella acepta, se pone un límite. Hasta puede disimular en una investigación por lavado de dinero la aparición de personajes vinculados con la administración santacruceña de su marido, como ocurrió mientras era diputada. Esa división matrimonial del trabajo permite a ambos fantasear con el control del cielo y de la tierra. De todo, como en una fantasía hermafrodita.

Cristina abrió las puertas de Olivos a pensadores y escritores. Algunos, como José Pablo Feinmann, ralearon sus visitas. Otros, como Beatriz Sarlo o Tulio Halperín, salieron impresionados: Julio Bárbaro los había invitado para ofrecer explicaciones, pero recibieron de la dueña de casa una lección de humanidades. Como aquella sobreviviente de Dachau –lo recuerda un acompañante– que ofrecía su testimonio en el viejo campo de concentración y a la que Cristina interrumpió para agregar su visión del Holocausto. Simpático énfasis de una sabelotodo, capaz de declararse –casi a ciegas– hegeliana, a la que censuran desde anónimos focus group, y dejan pasar algunos intelectuales que siguen frecuentando la casa. Como el chileno Eduardo “Lalo” Rojas, con quien clasifican las variaciones teóricas de Habermas, Webber o Dewey.

Advierte uno de los dirigentes políticos que más conoce al matrimonio Kirchner: “Usted cometería un error si escuchar lo que dice Cristina como quien escucha a un experto. Ella suele mofarse de los «especialistas en generalidades», pero es un poco eso. No es una inteligencia cultivada por la academia, sino por la política. Además, entre el poder y la razón o el poder y la Justicia, siempre elegirá el poder”. Tal vez esté en lo cierto el infidente. Hay legisladores que la recuerdan por un modo de debatir que identifica la discusión de una idea con una contradicción emocional: “Yo compartí la Comisión de Asuntos Constitucionales. Cuando acordábamos, me llamaba por mi nombre de pila. Cuando disentíamos, me pasaba al «usted, señor diputado»”.

La aspiración intelectual fue la plataforma desde la cual Cristina se levantó contra el menemismo en la segunda mitad de los años 90. En ese proceso, su figura se nacionalizó más que la de su esposo, el gobernador. Los Kirchner convalidaron el Pacto de Olivos y la reforma constitucional, y participaron en la Convención de Santa Fe, donde ella brilló en la defensa del federalismo. Pero encontraron una excusa inobjetable para distanciarse de Carlos Menem: la oposición al acuerdo con Chile por los Hielos Continentales. A partir de ese disenso, la distancia fue mayor. Cristina, solidaria, recibió en su despacho al embajador de Perú mientras estallaba el escándalo por la venta de armas a Ecuador.



Al mismo empeño disidente corresponde la oposición a la reforma del Consejo de la Magistratura, con argumentos que en 2005 le enrostrarían a ella cuando impulsó una nueva reglamentación: ahora había que facilitarle la expansión hacia el Poder Judicial al Presidente, que era su esposo. Tuvo un curioso asesor en la materia, Jorge Yoma, su embajador en México, a quien en una ardiente discusión senatorial de comienzos de 1994 había censurado por “portación de apellido”. Esta peculiar relación entre ideas y poder adquiere luz en la reflexión de otro íntimo: “La gran diferencia entre Cristina y Kirchner es que el Flaco ejerce la arbitrariedad sin argumentos. Te la muestra. Tenés que aceptarla porque es producto del poder. Ella, en cambio, quiere justificarla con argumentos. Por eso defiende las tropelías del Indec. Corre el riesgo de resultar más irritante que Néstor”.

Sería incorrecto y también injusto reducir las argumentaciones de la nueva Presidenta a pragmáticas coartadas del cinismo. Durante toda la campaña electoral se observó el sincero esfuerzo por asociarla a un ejercicio conceptual de la administración y a una dimensión internacional del poder. Tal vez por eso, calificados colaboradores afirman que resultó tan traumático para ella, para su empeño político y también para su historia de vida, el rechazo de los sectores medios urbanos que se verificó, como un silencioso cacerolazo, el 28 de octubre pasado. El formato electoral del kirchnerismo se volvió precafierista. Fue más entusiasta cuanto más elevadas eran las necesidades básicas insatisfechas. Cristina comenzará mañana a gobernar sobre una base electoral que tiene ese perfil sociológico. El del peronismo clásico. El de los 50, el de doña Ofelia, el que se practica en los suburbios de La Plata.

Por Carlos Pagni
revista@lanacion.com.ar
Domingo 9 de diciembre de 2007

De plebeya a reina por unos mimos...

Son conocidos los prolongados baños de inmersión en leche que tomaba Cleopatra, la mítica reina del Nilo, cuya belleza proverbial sumió a un imperio en cruentas luchas y traiciones para poseerla.

Lo cierto es que, salvando las distancias, tú podrías ser una verdadera reina y aprovechar al máximo el consabido potencial de un buen baño de inmersión.

Los baños de inmersión son ideales para la vuelta de la jornada de trabajo, al regreso de una actividad tensionante o despúes de haber sufrido un mal momento, de haber realizado actividad física, para calmar dolores y contracturas, si has tomado mucho sol (costumbres plebeyas!) o si sencillamente llegó la hora de darte un mimo, por simple placer.

El baño de inmersión en hidromasaje es absolutamente reconfortante pero no es el único modo de realizarlo. Si no dispones de este tipo de baño, llená su bañera de agua tibia e introducite en ella sumergiendo tu cuerpo por completo.

Sentí el calor del agua penetrando y actuando sobre cada parte de tu cuerpo, realizá un recorrido visual de tu cuerpo y progresivamente, andá relajándote. La respiración profunda debe acompañar cada uno de tus pensamientos. Pruebe añadirle al ambiente velas a tu alrededor y música suave… automáticamente convertirás tu baño en un pequeño spa.

La actividad de relajación en el agua no debe durar más de media hora o la piel comenzará a resecarse y los resultados del baño no serán los esperados.

Para poder disfrutar de todas las ventajas que nos ofrece un baño de inmersión que renueve nuestro cansado cuerpo, solo hay que saber cómo combinar algunos aceites esenciales y agua tibia, los cuales otorgan beneficios y mucho placer al cuerpo y a la mente ayudando a relajarte completamente.

Cada aceite esencial que se utiliza tiene sus propias propiedades, y al mezclar unos con otros se pueden crear nuevas fragancias con otras propiedades. Prueba alguna de estas combinaciones que puedes hacer con los aceites esenciales y revela cuál de ellas te sientan mejor :

* limón, menta, pino y rosa.
* lavanda, neroli y rosa.
* limón, pomelo y romero.
* lavanda, pachulí y ylang-ylang.
* bergamota, lavanda, mejorana, neroli y naranja.

Se vierten un máximo de 10 gotas en total de estos aceites, para suavizar el agua puedes agregar algunas gotas extras de aceite neutro. Luego del baño, para que su efecto perdure por más tiempo, no uses jabón y al salir de la bañera sécate suavemente con una toalla.

De ahora en más no dejes de pasar por los beauty shops sin llevarte a casa algún aceite, alguna sal o sencillamente un buen jabón para hacer espuma…

Don Carnal, Doña Cuaresma y Don Amor, miércoles de cenizas

Alguna relación debe tener Don Carnal con el Carnaval, andando tan cerca de Doña Cuaresma. Así se relata en el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita, una de las joyas de la literatura española, que le ocurre lo que a tantas grandes obras: a todo el mundo le “suena”, pero muy pocos la han leído.

Dentro de la obra, uno de los pasajes que más se conoce, porque es de referencia obligada, es el de la disputa entre Don Carnal y Doña Cuaresma. En 992 versos, el autor, desarrolla la trama que tiene como protagonistas a Don Carnal, a Doña Cuaresma y a Don Amor.

Doña Cuaresma: es la personificación de la penitencia, del ayuno y de la abstinencia; prácticas cuaresmales.
Don Carnal es su antítesis, la personificación por tanto de la gula y de los pecados de la carne.
Don Amor es el gran protagonista de la obra.

El sentido de la cuaresma, como el del carnaval, se ha ido modificando; ahora es más frecuente la interpretación de la misma como tiempo de cambio interior, que va haciendo posible el exterior.

Con la celebración de hoy, miércoles de Ceniza, la Iglesia entera comienza a transitar el camino hacia la Pascua.

Son cuarenta y cinco días para prepararnos para recibir ese Don magnifico que es la Pascua de Jesús.

La misa del día de hoy tiene la particularidad especial de tener una pequeña liturgia en la que el celebrante nos dice, al tiempo de imponernos la ceniza en forma de cruz en la frente, "Conviértete y cree en el Evangelio". La frase es por lo más significativa.

La cuaresma será pues, un tiempo de conversión..."volver", "cambiar", "enderezar el camino", "renovarse".

Pero cambiar a nivel personal, no es cosa fácil, necesitamos la ayuda de las personas que nos rodean y que nos quieren y queremos, y sobre todo del amor de Dios, que hace posible cualquier cambio. Aunque la premisa previa siempre será la disponibilidad interior de cada uno en dejarse ayudar y de querer cambiar.

La segunda parte de la exhortación de la liturgia de Cenizas es “Cree en el Evangelio”.
En esa dirección deberá estar dirigido entonces “el cambio”: a creer en la persona de Jesús, en sus enseñanzas, y en su anuncio, a seguir sus pasos, que nos llevaran a la cruz, pero que también nos resucitarán con Él.
Amén.

Martes de carnaval en Río!

La tradición carnavalesca comenzó a formarse en Brasil por los años 1720 con la llegada de inmigrantes portugueses. En 1846 fue el primer baile de máscaras y en 1852 se incorporó un grupo de percusionistas.

En 1855 comienza la formación de clubes carnavalescos, en 1932 tuvo lugar el primer desfile extraoficial, y fue solo en 1935 que se realizó el primer desfile oficial en la Plaza Once.

En 1984 fue llevado a la Pasarela Do Samba, luego denominada Avenida Dos Desfiles, hoy se llama Pasarela Profesor Darcy Ribeiro, un sambódromo conocido mundialmente. Tiene capacidad para 62.000 personas.



Hay varias maneras de participar de la fiesta, ya sea dentro de una escola, o como espectador alentando a su escola preferida: saltando, cantando y bailando durante una hora y veinte minutos que es lo que dura el paso de cada grupo a lo largo de la Avenida Marquês de Sapucaí, desde su comienzo hasta la Plaza de la Apoteosis. Sólo tiene que elegir un disfraz u acercarse al lugar con ganas de olvidar penas y disfrutar de la alegría.



Todo esto transcurre en dos noches, siete escolas desfilan el domingo y otras siete el lunes.

La composición de las escolas está bien reglamentada. Estas se dividen en alas, cada una de ellas viste un atuendo especial, el que hace referencia a algún aspecto relacionado al tema elegido por la escola, el cual cambia todos los años, al igual que el samba de enredo, el cual cuenta toda una historia relacionada con el tema central.


Cada escola además de sus coreógrafos, y compositores tiene sus cantantes y animadores quienes tienen la tarea de hacer cantar al público hasta hacerlo poner de pié con lo que obtendrán mayor puntaje en la calificación final.

La banda es calificada por la calidad de interpretación, por su desplazamiento, por los quiebres y paradas y su vuelta al ritmo normal durante el desfile. Uno de los puntos importantes de toda escola es el Mestre - Sala y Porta Bandeira, ubicados delante de una de las primeras alas, son una pareja que lleva la bandera de los cuales surgen los colores que identifican a cada escola, y son el símbolo máximo de ella.

Encabezando el desfile está la denominada Comisión de Frente que es un grupo reducido de bailarines que ejecutan una coreografía determinada, ellos son los encargados de saludar al público y de presentar su escola. Hay un número mínimo y máximo permitido de carrozas dentro de cada escola, la primera es denominada Carro Abre Alas y son estas las que comúnmente trasportan a las bailarinas más destacadas.

Las mayores escolas cuentan con hasta 4.000 integrantes y entre 7 y 8 carrozas. El premio para la escola campeona siempre es importante; las entradas a las gradas oscilan entre 150 y 250 dólares por noche. Todo esto hace del desfile un gran concurso donde compiten el ingenio, la creatividad, la originalidad, la armonía, la sincronía, la astucia y hasta la picardía, lo cual genera una gran expectativa en las gradas. También existen otros desfiles como el de las escolas de los grupos A y B, escolas infantiles, y al final de la fiesta, el sábado siguiente el gran desfile de las escolas campeonas.

Fuera del sambódromo también es carnaval y se puede sentir la vibración de la ciudad en las calles, donde innumerables bandas y grupos de adeptos forman bailes populares, desfiles y concursos que premian la creatividad.


Para dar inicio al evento, el intendente de la ciudad le entrega las llaves de la ciudad al Rey Momo, dando así comienzo a mas de 200 bailes populares siendo uno de los más famosos los del barrio de Lapa.

Muchos barrios tienen también sus propias bandas para ser representados por estas en las calles de la ciudad, tales como la Banda de Ipanema, la de Sá Ferreira, de Bolivar, y de Santa Clara entre otras. También se puede disfrutar del show de diversos grupos carnavalescos como Concentra Mas Não Sai; Dois Para Lá, Dois pra Cá; Simpatia é Quase Amor; Barbas; Suvaco de Cristo y otros.

Muchos turistas de todas partes del mundo llegan a Río de janeiro en estos días para formar parte de este ritual increíble donde, este año, hasta el mismísimo Cristiano Ronaldo fue la estrella invitada para formar parte del tema del centenario del club Corintians, que sirvió de inspiración a la escuela de Samba 'Gavioes da Fiel' para su carro alegórico.



También se encuentran en Río, la cantante estadounidense Madonna, que llegó acompañada de su novio, el modelo brasileño Jesús Luz, y de sus cuatro hijos para asistir este fin de semana a los famosos carnavales de la ciudad carioca, invitada de honor en el camarote del alcalde de la ciudad, Eduardo Paes.



Aquel lunes de carnaval


El carnaval que se festeja en nuestras tierras se ve originado como una fiesta cristiana, o por lo menos en un ámbito cristiano, ya que el carnaval son los tres días anteriores (sábado, domingo y lunes) al miércoles de ceniza, que es cuando comienza la Cuaresma. La cuaresma es un período de ayuno observado por los cristianos como preparación para la Pascua. Por todo esto, los tres días de carnestolendas o carnaval, eran festejados a pleno, porque luego vendría un período de ayuno completo, o sea, de fiestas también.
El carnaval entre las clases altas: “…en carruaje, con serpentinas y disfraces paquetes”.

Nuestro carnaval ha adquirido muchas formas a lo largo de sus cientos de años de vida, pero la costumbre que siempre reino, y lo sigue haciendo, es la de arrojarse agua. El abuso de esta costumbre fue la causante de las distintas prohibiciones que se le impusieron a esta divertida fiesta. Nadie quedaba fuera del carnaval, todos se divertían en esos tres días en los cuales la ciudad parecía un campo de batalla; ricos, pobres, blancos, negros, desconocidos, conocidos, todos participaban. El mismo Domingo F. Sarmiento era un gran adepto al carnaval y no se molestaba en lo más mínimo si le arrojaban agua cuando era presidente.

Como se dijo, la costumbre de mojarse uno a otro en carnaval, la trajeron los españoles, a pesar que en España el carnaval cae en invierno. Ya desde el siglo XVIII los bonaerenses se mojaban los unos a los otros. En 1771 el Gobernador de Buenos Aires, Juan José Vértiz implantó los bailes de carnaval en locales cerrados. Se oficializaban los bailes, a efectos de atenuar las inmorales manifestaciones callejeras de los negros, que habían sido prohibidas el año anterior. Por esa misma época, un grupo de gente descontenta con los bailes justo antes de la cuaresma, y según decían por los excesos que ocurrían en ellos, llevaron su descontento ante el mismísimo rey de España. El rey envió de inmediato dos órdenes a Vértiz, el 7 y 14 de enero de 1773, por las cuales prohibía los bailes y le encargaba que arreglase las escandalosas costumbres en que había caído la ciudad. Vértiz, no se quedó callado, le protesto al rey diciendo que como se bailaba en España, también se lo podía hacer en Buenos Aires. Pero el rey Carlos III promulgó una ley el 16 de diciembre de 1774, en la cual prohibía los bailes de carnaval, alegando que él nunca los había autorizado en las Indias. Como ustedes se imaginaran no se respetó la prohibición, tanto que los festejos degeneraron y ya en la época del virreinato, el virrey Cevallos se vio obligado a prohibir los festejos de carnaval. "...conviniendo remediar este desorden con el presente prohíbo los dichos juegos de Carnestolendas...", decía el bando del virrey, y sigue "... ha tomado en pocos años a esta parte tal incremento en esta ciudad [...] en ellos se apura la grosería de echarse agua y afrecho (salvado), y aun muchas inmundicias, unos a otros, sin distinción de estados ni sexos...". Seguía diciendo que la gente, se metía en las casas y reventaban huevos por todos lados, hasta robaban y rompían los muebles.

“Advertencia sobre artefactos para mojar. Pueden terminar en disparos”.

Los excesos no disminuían, y si lo hacían era por poco tiempo. El 13 de febrero de 1795 el virrey Arredondo promulgó el bando acostumbrado prohibiendo "los juegos con agua, harina, huevos y otras cosas".

En los años siguientes a la Revolución de Mayo, se volvió muy común entre la población, en especial entre las mujeres, la costumbre de jugar en forma intensa con agua. Para ello utilizaban todo tipo de recipiente, desde el modesto jarro, hasta los huevos vaciados y rellenos de agua con olor a rosa, pasando por baldes, jeringas, etc. Los huevos eran vaciados y llenos con agua, pero no siempre con agua aromatizada, a veces solo se tiraban huevos podridos. Entre la gente acomodada se usaba, comprar los huevos de ñandú, rellenos de agua con olor a flores, como hoy se venden las bombitas los huevos se vendían en las esquinas. Las azoteas de las casas se convertían en verdaderos campos de batalla acuáticos, y más de un transeúnte se ligó una fresca catarata de agua. La batalla por una azotea entre hombres y mujeres, todos jóvenes, era divertidísima y terminaba con la inmersión de los perdedores en una tina o bañadera.

Dibujos de Fortuny, “el varón es derrotado por las mujeres que lo sumergen en la tina”.


Historia del Carnaval Bonaerense
Por Martín A. Cagliani
Artículo publicado en la revista Circulo de la Historia, Nº 47, febrero 2000

http://www.elortiba.org/bsashist.html#Historia_del_Carnaval_Bonaerense_

San Valentín, una leyenda de amor y almendras

La historia del día de San Valentín comienza en el siglo tercero con un tirano emperador romano y un humilde mártir cristiano. El emperador era Claudio III. El cristiano era Valentino.
Claudio había ordenado a todos los cristianos adorar a doce dioses, y había declarado que asociarse con cristianos era un crimen castigado con la pena de muerte. Valentino se había dedicado a los ideales de Cristo y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de practicar sus creencias. Valentino fue arrestado y enviado a prisión.

Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió. El carcelero, habiendo visto que Valentino era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, a recibir lecciones de Valentino. Julia, quien había sido ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. Valentino le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios. Ella vio el mundo a través de los ojos de Valentino, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza.

"¿Valentino, es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?" - Julia le preguntó un día.

"Sí, mi niña. Él escucha todas y cada una de nuestra oraciones," - le respondió Valentino.

"¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana? Yo rezo para que pueda ver. ¡Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!"

Valentino le contestó, "Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en Él."

"Oh, Valentino, yo sí creo en Dios", dijo Julia con mucha intensidad. "Yo creo."

Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentino. Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión. Radiante, Julia exclamó, -"Valentino, puedo ver, puedo ver!" -"Gloria a Dios!"- exclamó Valentino.

En la víspera de su muerte, Valentino le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó "De tu Valentino".
Valentino fue ejecutado el día siguiente, el 14 de febrero del año 270, cerca de una puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentino para honrar su memoria. Fue enterrado en la que es hoy la Iglesia de Práxedes en Roma.

Cuenta la leyenda que Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba.
Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos.

En cada 14 de febrero, el día de San Valentín, mensajes de afecto, amor y devoción son intercambiados alrededor del mundo.



Prunus Amygdalus, ( dulcis o amara) el almendro, es un árbol caducifolio de la familia de las rosáceas.
Puede alcanzar de 3 a 5 m de altura.
De tallo liso, verde y a veces amarillo cuando es joven, pasa a ser agrietado, escamoso, cremoso y grisáceo cuando es adulto.
Hojas simples, lanceoladas, largas, estrechas y puntiagudas, de 7,5 a 12,5 cm de longitud y color verde intenso, con bordes dentados o festoneados.
La flor solitaria o en grupos de 2 ó 4, es pentámera con cinco sépalos, cinco pétalos con colores variables entre blanco y rosado dependiendo de las especies de unos 3 a 5 cm de diámetro.
Tarda de 5 a 6 meses en madurar desde que cuaja.
Frutal de zonas cálidas, tolera poco el frío. La mayoría de los almendros se cultivan en secano, sobre suelos sueltos y arenosos. La semilla posee dos tegumentos envolventes, la testa y el tegmen.
Se multiplica normalmente por injerto.
La gran mayoría de las variedades cultivadas hoy en día son autofértiles, el polen de una variedad puede polinizarse a sí misma. Por ello, ya no se hace necesaria la presencia de dos variedades distintas en las explotaciones.
El fruto es una nuececita redondeada, apiculada, de 1,5 a 2 cm. de diámetro, rodeada por un involucro carnoso en la base, dividido en diversos gajos foliáceos, laciniados y con dientes desiguales y agudos.
Se recolecta desde julio a septiembre. Las semillas se emplean en confitería y en la preparación de sopas y verduras.
La variedad amarga contiene ácido cianhídrico por lo que no se usa ya que puede provocar nauseas, trastornos respiratorios, hipotermia y asfixia. Veinte almendras amargas pueden ser mortales.
Las almendras se usan para tratar enfermedades de la piel, se confeccionan mascarillas de efectos nutritivos y revitalizantes; quemaduras superficiales y dermatosis.
La leche de almendras se ha usado por su valor nutritivo como complemento alimentario en casos de anemias, etapas de crecimiento e incluso embarazos.
La almendra es el más importante de los frutos secos. Se consume como fruto seco, frito y/o salado y también se elaboran productos tan conocidos como el turrón y el mazapán; peladillas, en pasteles, chocolates, helados y numerosos platos y salsas. También se elaboran otros productos derivados de la almendra como son harinas, cremas, horchata y leche.
Además, las almendras recubiertas con azúcar, almíbar o miel son muy sabrosas y se conocen popularmente como almendras garrapiñadas.
Las almendras amargas tienen un aspecto externo similar a las dulces y sus usos son industriales, para conseguir aceites y esencias.

El muchacho y una chica como tú...

Ramón nació en Tucumán el 8 de marzo de 1942 en un hogar muy humilde por lo que vendiendo diarios y trabajando como cadete en un comercio en Mendoza logró juntar dinero para intentar la aventura de la gran ciudad, a la que llegó en 1956.

Evangelina nació en Buenos Aires el 15 de junio de 1946 y pronto se dedicó a la actuación.

El 25 de septiembre de 1965, Ramón ve por primera vez a Evangelina en los preparativos del rodaje de la película que él ya protagonizaba, "Mi primera novia", y como bienvenida le regaló una caja de bombones con pocas palabras y gran seriedad, para luego desaparecer por un pasillo que daba a los camarines de los estudios de Argentina Sono Film.




Lo curioso de este romance fue que “Palito”, como ya llamaban artísticamente a Ramón, no quería a una actriz desconocida para el rol de la primera novia, aunque su director, Enrique Carreras vió en Evangelina a la actriz exacta por su belleza y su rostro angelical.

De parte de ella, lo increíble era que no hacía mucho tiempo atrás no entendía como su madre se sentaba frente al televisor para ver al Club del Clan, atraída por sus canciones, ya que no solo no se sentía atraída como otras jovencitas por los nueva oleros sino que además criticaba al joven tucumano porque no le gustaba como cantaba.

A solo un mes de la filmación, Palito no tardó en invitar a Evangelina a salir y declararle su amor. Luego de eso vendría la confesión de Evangelina, en una nota de la revista “Gente” de 1966.

Finalmente en 1967 se casaron, boda que se transformó en un gran acontecimiento social.
Nicolás Mancera se encargó de la televisación en directo en un programa especial, logrando los más altos picos de audiencia y los medios periodísticos estaban encabezados por el diario Crónica, que lograba una tirada espectacular de ejemplares que luego cubrían medios de todo el país y el mundo.

Los cordones policiales no alcanzaban y la histeria de la gente por ver a los novios provocaba avalanchas peligrosas que eran difíciles de controlar.
El evento era el sueño de la dicha y la felicidad que todas sus fans querían alcanzar y más aún con un noviazgo que el público vio nacer y siguió en detalles.
La fiesta tuvo más de 600 invitados que recibieron a los novios con la emocionante Marcha Nupcial, tocada por 20 solistas. La torta de bodas medía más de un metro y pesaba unos 18 kilos, con 5 pisos, frente a la cual Palito le dedicó a Evangelina la canción "Un muchacho como yo", que le costó cantar por la emoción.




Un muchacho como yo,
Que vive simplemente,
Que confía en los demás,
Y dice lo que siente…

Un muchacho como yo,
Precisa exactamente,
Una chica como tú,
Definitivamente!

Una chica como tú,
Que sabe lo que espero,
Que quiere de verdad,
La cosas que yo quiero…

Un muchacho como yo,
Precisa exactamente,
Una chica como tú,
Ah, porque eres diferente...

Un muchacho como yo,
Que siempre estuvo triste,
Que aprendió a sonreír,
Cuando tu le sonreíste,

Un muchacho como yo,
Precisa exactamente...
Una chica como tú…

Un muchacho como yo,
Que vive simplemente,
Que confía en los demás,
Y dice lo que siente…

Un muchacho como yo,
Precisa exactamente,
Una chica como tú,
Definitivamente…

El viaje de luna de miel a Acapulco fue regalo de la compañía discográfica Rca Víctor, a la que pertenecía el cantante.
El 19 de febrero de 1969, los medios volvían a invadir de noticias a todo el país, Palito era padre de un varón, era el nacimiento de su primer hijo Martín.


La necesidad de noticias hacía que intrépidos periodistas lleguen a meterse hasta dentro de la sala de parto en medio de un escándalo, también lograban fotografiar a Evangelina en momentos que recibía en sus brazos a su ya famoso bebé.

Palito y Evangelina son padres de 6 hijos: Martín, Julieta, Sebastián, Emanuel, Luis y Rosario, algunos de ellos dedicados al espectáculo, de esta forma el matrimonio cumplía el sueño de ser padres de una familia numerosa.


A bright star in the sanisidrense night of R&B


La ceremonia de los Grammy Awards apenas comenzaba el pasado 31 de enero y Beyoncé ya había ganado cinco de los seis premios de la noche (Mejor canción del año ‘Single Ladies’ (‘Put A Ring On It’); Mejor interpretación vocal pop femenina por ‘Halo’; y cuatro en la categoría de Rhythm and Blues (R&B): Mejor canción, Mejor interpretación vocal femenina por ‘Single Ladies’, Mejor interpretación tradicional por ‘At Last’ y Mejor álbum contemporáneo por ‘I Am... Sasha Fierce’) convirtiéndola así en Beyoncé's Golden Record.



Hoy, tan solo diez días después de ese evento, la gran ganadora de los premios de la industria de la grabación llega por primera vez a Buenos Aires, para presentar esta noche en el Hipódromo de San Isidro, su tercer álbum "I am... Sasha Fierce".

“Sé que muchos de mis fans han estado conmigo desde mis días de Destiny’s Child. Estoy ansiosa por darles un show maravilloso y agradecerles por su apoyo y su cariño”.

La cantante se caracteriza por su profesionalismo y afirma: “Cuando estoy en el escenario doy el 100% de mí. Quiero que mis fans se sientan muy emocionados”.

Beyoncé Knowles nació en Houston, Texas, el 4 de septiembre de 1981 es hoy sin dudas la reina del Rythm & Blue además de compositora, productora discográfica y actriz estadounidense.

Su carisma, belleza y talento le han convertido en una de las divas musicales del momento.

Cuenta la propia Beyoncé Knowles que de pequeña fue una niña muy creativa. Le gustaba cantar, escribir poesías, diseñar ropa, bailar... Así no sorprende tanto que con apenas 9 años formara junto a una amiga, LaTavia Roberson, el que con el tiempo sería uno de los grupos femeninos de Rythm & Blue más famosos de la historia: Destiny's Child, de quien ha sido su principal compositora.

El grupo nació en 1990; Mathew Knowles, padre de Beyoncé, se convirtió en manager de las chicas. En 1992 se unió a ellas la prima de Beyoncé, Kelly Rowland, y un año más tarde el cuarteto se completó con LeToya Luckett. Destiny's Child actuó en clubs de Houston hasta que en 1997 logró su primer contrato discográfico.

Fue llegar y tocar el cielo con las manos. Su primer disco, "Destiny's Child", llamó la atención del público con singles como "No, No, No". Su segundo trabajo, "The Writing's On The Wall", vendió más de 10 millones de copias en todo el mundo gracias a éxitos como "Jumpin, Jumpin" o "Say My Name".

A principios de 2000, una serie de problemas internos provocaron la sustitución de LaTavia y LeToya por Michelle Williams y Farrah Franklin. Esta última dejó el grupo meses después, y fue entonces cuando Destiny's Child alcanzó su formación definitiva.

El trío pronto se consolidó como uno de los grupos de Rythm & Blue más importantes. Su tercer disco, "Survivor", triunfó tanto como los anteriores. En total, Destiny's Child ha vendido más de 30 millones de álbumes en todo el mundo, ha ganado varios Grammys y otros premios de prestigio y ha dominado las listas de éxitos con sus temas.

En 2001, las chicas decidieron darle un descanso al grupo e intentar sus carreras en solitario. Beyoncé recibió el premio ASCAP a la mejor compositora pop del año. Era la segunda mujer en la historia -la primera afroamericana- en obtener ese galardón.

Knowles fue la última del trío en sacar disco propio. "Dangerously in Love", que vio la luz en 2003, mostraba a una Beyoncé más madura, que había participado activamente en todas las fases del proyecto. Con temas como "Crazy in Love", el disco vendió más de cinco millones de copias y obtuvo siete nominaciones a los Grammy, de los cuales acabó ganando nada más y nada menos que cinco.

Beyoncé se ha atrevido también con otras facetas artísticas, como la actuación. Ya ha participado en diferentes proyectos para cine y televisión; entre ellos la película "Austin Powers en Miembro de Oro".

Su segundo disco es "B’Day" compuesto y arreglado por ella misma. Beyoncé terminó de trabajar en su álbum de estudio tres semanas antes de entrar de lleno a los ensayos de la próxima película que estelariza, "Dreamgirls".

En el 2005, Beyoncé (cuyos famosos contratos como imagen de marca incluyen Pepsi, L'Oréal, y Tommy Hilfiger por el perfume True Star) y su madre, Tina Knowles (diseñadora de imagen de las Destiny's Child) lanzaron una línea de moda: House of Deréon, llamada así por la abuela materna de Beyoncé. Actualmente acaba de lanzar su primera fragancia Beyoncé Heat.

Ha logrado consolidarse como una de las artistas más importantes del mundo, pero todavía va por más. “Quiero ser un ícono. Amo cantar e inspirar a las personas a través de mi música. La actuación, la pintura y la moda, también me apasionan”.

Junto a su esposo, el astro del rap Jay-Z, ha hecho que la revista Forbes la nombrara como el matrimonio más rico del entertainment, recaudando 122 millones de dólares en 2009.


Radiante, bella y talentosa, Beyoncé subirá esta noche al escenario de San Isidro y seguramente probocará el delirio de sus admiradores en una perfecta representación del power femenino de este siglo.

Datos extraídos de la nota publicada por la Revista Tendencia Mujer de febrero 2010.