El proceso que llevó a Cecilia Grierson Duffy a estudiar Medicina, crea un cambio tanto en Argentina como en América Latina, en las décadas del ´70 y 80 del siglo XIX, mediante leyes y reformas, para el acceso de mujeres a la educación.
Cecilia Grierson Duffy nació en Buenos Aires, el 22 de noviembre de 1859.
Pasó la mayor parte de su niñez en el campo, primero en Uruguay y más tarde en la estancia paterna de Entre Ríos.
Cuando su padre murió, debió viajar a Buenos Aires en procura de sustento para su madre y sus pequeños hermanos. Como era menor de edad, el gobierno le entregaba el sueldo a su madre.
Una vez superada la desgracia familiar, volvió a Buenos Aires e ingresó en la escuela Normal de Señoritas Nº 1.
Por esos años se habían creado los colegios y liceos para señoritas, con el objetivo de formar "buenas y dignas esposas y madres".
El programa de estudios era elemental y se circunscribía a la enseñanza de lectura y escritura y a conocimientos simples de aritmética y lenguaje.
Domingo Sarmiento, en ese momento, Director de Escuelas, la designó maestra en la Escuela Mixta de San Cristóbal.
En 1882, decidió seguir Medicina.
Una jugarreta legal impedía el ingreso de mujeres a la Facultad de Medicina. En una valiente nota, solicitó permiso y logró autorización. Tenía tan solo 23 años.
Que una mujer estudiara Medicina era algo absolutamente novedoso, transgresor y también, ilegal.
La Facultad hasta entonces, estaba vedada a las mujeres. No estaba bien visto que una mujer estuviera en contacto con cuerpos, aunque fuera para intentar curarlos. Por lo que estudió en un ambiente adverso, cargado de prejuicios.
En 1885, fue nombrada Ayudante del Laboratorio de Histología y practicante en la Atención Pública.
En 1886 se presentó en la "Casa de Aislamiento" debido a la epidemia de cólera que ocurría en Buenos Aires.
Comenzó allí a ver la necesidad de profesionalizar al personal auxiliar médico, medida de vanguardia para la Argentina de entonces, iniciando la enseñanza de la enfermería a partir de las nuevas tendencias europeas y fundamentalmente británicas.
No descansó hasta fundar la primera Escuela de Enfermeras del país, que hoy lleva su nombre.
Las aspirantes a enfermeras recibían instrucción sobre puericultura, primeros auxilios y cuidados de pacientes.
En 1889 se convirtió en la primera mujer de nuestro país en recibir el título en Medicina y la primera en graduarse en Sudamérica.
Su estilo era funcional: lo que aprendía, lo enseñaba y escribía, como forma de prolongar la docencia.
En 1892 creó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios. Paralelamente, dictaba clases de Anatomía en la Academia de Bellas Artes y atendía gratuitamente, en su consultorio psicopedagógico, dedicado a la niñez con retardo mental.
Promovió la enseñanza de la puericultura y fue precursora de la enseñanza a ciegos y sordomudos.
Introdujo en Argentina material didáctico.
En 1901 fundó la Asociación Obstétrica Nacional.
Fiel a su estilo, la acompañó con la creación de la Revista Obstétrica, destinada a ofrecer a las parteras argentinas un enfoque científico y médico para una profesión que tradicionalmente estaba en manos de matronas.
En 1902 fundó la Sociedad de Economía Doméstica que sería la antecesora de la Escuela Técnica del Hogar.
Enviada a Europa por el gobierno para conocer la realidad educativa del Viejo Continente, Grierson propuso cambios en los currículos de las escuelas profesionales argentinas, y publicó el libro Educación Técnica de la Mujer.
En 1907, en el Liceo de Señoritas de la Capital, enseñó “Ciencia Doméstica”.
Como resultado de sus observaciones, el Consejo Nacional de Educación organizó el plan de estudios para las escuelas profesionales, y fue considerada una representante de un feminismo equilibrado y práctico.
En 1904 y 1905 dictó, en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, los primeros cursos de Kinesioterapia, que constituyeron el antecedente más importante de la Kinesiología.
La vida y trayectoria de esta mujer visionaria, tuvo múltiples facetas.
No sólo fue la primera médica de su época, sino que fue activa participante en los primeros años del Partido Socialista Argentino, fundado en 1896.
Cecilia Grierson ejerció la medicina como un apostolado social y extendió ese compromiso al terreno de la política y del feminismo. Integró el histórico grupo de mujeres socialistas compuesto por Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson y Julieta Lanteri, pioneras en la defensa de los derechos civiles y políticos de las mujeres.
Este grupo propuso reformas al Código Civil y demandó una educación moderna y acceso de las mujeres al trabajo.
En 1899, asistió al Congreso Internacional de Mujeres de Londres, que la nombró vicepresidente. Asistió al Primer Congreso Femenino Internacional, convocado por la Asociación de Mujeres universitarias, efectuado en el Centenario de la Revolución de Mayo.
Cuando se jubiló, se fue a vivir a la localidad de Los Cocos, en Córdoba, a la que donó una escuela y una casa de descanso para el profesorado y gente del arte.
Sólo se le reconocieron 22 años de servicio de los 25 de ejercicio de la medicina y 45 que llevaba trabajados como docente.
Pudo subsistir con una modesta pensión de gracia. Pero el hecho que más le dolió fue que nunca pudo ejercer una Cátedra en la Facultad de Medicina.
“Entre las muchas contrariedades sufridas en mi vida –dijo, ya anciana-, debo aclarar que siendo médica diplomada, intenté inútilmente ingresar al Profesorado de la Facultad en la Sección en la que podía enseñar [...]”
No era posible que a la mujer que tuvo la audacia de obtener en nuestro país el título de médica cirujana, se le ofreciera la oportunidad de ser Jefa de Sala, Directora de algún Hospital, médica escolar, o la posibilidad de ser Profesora de la Universidad.
"Fue únicamente a causa de mi condición de mujer (según refirieron oyentes de los miembros de la mesa examinadora) que el jurado dio en este concurso de competencia por examen, un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor, un distinguido colega.
Las razones y los argumentos expresados en esa ocasión llenarían un capítulo contra el feminismo, cuyas aspiraciones en el orden intelectual y económico he defendido siempre”.
Con claridad meridiana, Grierson definió esta discriminación como una típica agresión contra el feminismo.
Pero la posteridad no le fue ingrata.
En la actualidad, la obra de Cecilia Grierson vive en la Argentina:
en su memoria, la actual Escuela Superior de Enfermería se denomina “Cecilia Grierson”, así como una calle, varios centros educativos y hospitales, como el de La Pampa y el de Guernica.
Falleció en Buenos Aires, el 10 de abril de 1934.
Pero la posteridad no le fue ingrata.
En la actualidad, la obra de Cecilia Grierson vive en la Argentina:
en su memoria, la actual Escuela Superior de Enfermería se denomina “Cecilia Grierson”, así como una calle, varios centros educativos y hospitales, como el de La Pampa y el de Guernica.
Falleció en Buenos Aires, el 10 de abril de 1934.
Centro de información y documentación de Isis Internacional, Cecilia Grierson Universidad de San Andrés
Mujeres Hoy
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