Charles de Foucauld, beato

De vizconde a trapense

Entre 1858 y 1916 transcurrió la vida de Charles Eugene de Foucauld. Nació en Estrasburgo, Francia en el límite con Alemania, de origen aristocrático, heredó el título de vizconde de Foucauld. A los 6 años quedó huérfano de padre y madre. Fue militar, exploró Marruecos y ganó la medalla de oro de la Sociedad geográfica francesa.

A los 28 de años descubrió la fe cristiana y se consagró totalmente a ella. El momento central de su conversión tuvo lugar a finales del mes de octubre del año 1886 en la Iglesia de San Agustín de París, de manos del padre Huvelin, que será desde entonces su guía espiritual. Peregrina a Tierra Santa y vive otras de las experiencias que marcarán su vida.

Se hace monje trapense y toma el nombre de hermano Marie-Alberic. Era el año 1890. Pronto, no obstante, en 1897, es dispensado de sus votos y autorizado a seguir su propia vocación. Vuelve a Tierra Santa y durante cuatro años trabaja como criador de las clarisas de Nazaret. Escribe entonces la gran parte de sus escritos espirituales.

El apóstol de los Tuaregs

El 9 de junio de 1901 es ordenado sacerdote en Viviers (Francia) y decide partir al Sahara, África, "entre las ovejas más desamparadas". Quería imitar la vida oculta de Jesús de Nazaret, viviendo en pobreza, contemplación y humildad y testimoniando fraternalmente el amor de Dios entre cristianos, judíos y musulmanes. A partir de 1904 empieza a conocer y a convivir con los tuaregs y se establece en Tamanrasset. Siempre vivió una intensa búsqueda de Dios y de servicio a los más desfavorecidos, como amigo, ermitaño y misionero. Aprendió el idioma de los tuaregs para traducir los Evangelios y publicar un diccionario ilustrado, selecciones de poesías y otras obras.

El 1º de diciembre de 1916 a aquel apóstol de la paz y los tuaregs una bala segó su vida. Fue durante una escaramuza entre los nómadas del desierto en levantamiento contra los franceses. Foucauld estaba en oración ante el Santísimo Sacramento y junto a su cuerpo muerto, cayó también la custodia que contenía al Señor Sacramentado. El fuerte de Djanet, que protegía la frontera este, había caído en manos de los senusitas de Libia. En Tamanrasset se construyó un fortín para albergar a la población en caso de agravarse la situación. Foucauld se estableció allí. Pero la muerte le llegó de manos de un grupo de tuaregs senusitas.

Fecundo grano hundido en la tierra

Había dicho que quería ser "grano hundido en tierra" para ofrecer su vida en "el silencioso seguimiento de Aquel que amó a todos los hombres hasta el final". El grano de trigo de su vida caía aquel 1º de diciembre de 1916 en la tierra abierta de la eternidad y así no quedó infecundo.

A su muerte, hombres y mujeres que le habían conocido y admirado decidieron realizar el sueño de Foucauld y crearon una gran familia religiosa inspirada en él: 10 congregaciones de vida consagrada y 9 asociaciones de vida espiritual.
La pobreza extrema, la defensa inquebrantable y encarnada de las causas de los pobres y preteridos, la oración intensa y la caridad son los carismas fundacionales de estas "ramas" brotadas del árbol bien fecundo y vigoroso de Charles de Foucauld. Buena parte de la espiritualidad del siglo XX tienen en Charles de Foucauld a uno de sus principales inspiradores. De su carisma participaron autores tan destacados como el francés René Voillaume y el italiano Carlo Carreto.

ORACION DEL ABANDONO

"Padre mío, me pongo en tus manos;
Padre mío, me confío a ti;
Padre mío, me abandono a ti.
Haz de mi lo que quieras.
Sea lo que sea.
Lo acepto todo con tal que tu voluntad
se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
No deseo más.
Pongo mi alma en tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor del que soy capaz,
porque te amo.
Porque para mí amarte es darme,
entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre".

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