Por un camino largo
color abano
juntando margaritas
se va el verano,
y se quedan los duendes,
abril y mayo,
haciendo los deberes
sobre un zapallo.
Desde las líneas de esta breve poesía infantil recupero la poesía que traen estos días que ya llegan… Ya comienzó mi estación del año preferida: el otoño: la temperatura de los días baja y el viento comienza a enfriar todo lo que el verano recalentó. Comenzamos a cerrar las ventanas y a estar más en casa. Los días se tornan soleados y más parejos en cuanto a la humedad. Buenos Aires se vuelve maravillosa. Si pudiera decir que pierde en algún momento de año su belleza.
Las hojas verdes de los árboles en mi ciudad no pierden su verde porque casi todos los árboles son de hoja perenne, pero los pocos de hoja caduca se vuelven amarillentos, luego se tornan marrones, hasta que se secan y caen al suelo, ayudadas por el viento.
El nombre de otoño viene de autumnus que quiere decir “disminución del verdor” y aunque el paisaje se entristece con los árboles “pelados”, el cielo durante este tiempo nos deja ver siempre una hermosísima luna y muchísimas estrellas.
Esta es también la estación favorita de los enamorados, que salen a caminar por los parques llenos de hojas. El aire se vuelve nostálgico, melancólico, reflexivo, bello, cálido…
Astronómicamente, el otoño comienza en el hemisferio sur con el equinoccio de otoño, cuando, a su vez, se produce el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, entre los días 20 y 21 de marzo.
Durante este período, los dos polos se encuentran a la misma distancia del Sol, por lo que la duración del día es igual a la de la noche en todo el planeta: 12 horas justas.
Los invito a disfrutar de estos tres meses maravillosos, y si no han ido en esta época, no dejen de ir a dar un paseo en lancha por el Tigre. Después me cuentan, no se olviden!
color abano
juntando margaritas
se va el verano,
y se quedan los duendes,
abril y mayo,
haciendo los deberes
sobre un zapallo.
Desde las líneas de esta breve poesía infantil recupero la poesía que traen estos días que ya llegan… Ya comienzó mi estación del año preferida: el otoño: la temperatura de los días baja y el viento comienza a enfriar todo lo que el verano recalentó. Comenzamos a cerrar las ventanas y a estar más en casa. Los días se tornan soleados y más parejos en cuanto a la humedad. Buenos Aires se vuelve maravillosa. Si pudiera decir que pierde en algún momento de año su belleza.
Las hojas verdes de los árboles en mi ciudad no pierden su verde porque casi todos los árboles son de hoja perenne, pero los pocos de hoja caduca se vuelven amarillentos, luego se tornan marrones, hasta que se secan y caen al suelo, ayudadas por el viento.
El nombre de otoño viene de autumnus que quiere decir “disminución del verdor” y aunque el paisaje se entristece con los árboles “pelados”, el cielo durante este tiempo nos deja ver siempre una hermosísima luna y muchísimas estrellas.
Esta es también la estación favorita de los enamorados, que salen a caminar por los parques llenos de hojas. El aire se vuelve nostálgico, melancólico, reflexivo, bello, cálido…
Astronómicamente, el otoño comienza en el hemisferio sur con el equinoccio de otoño, cuando, a su vez, se produce el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, entre los días 20 y 21 de marzo.
Durante este período, los dos polos se encuentran a la misma distancia del Sol, por lo que la duración del día es igual a la de la noche en todo el planeta: 12 horas justas.
Los invito a disfrutar de estos tres meses maravillosos, y si no han ido en esta época, no dejen de ir a dar un paseo en lancha por el Tigre. Después me cuentan, no se olviden!
1 comentario:
"El aire se vuelve nostálgico, melancólico, reflexivo, bello, cálido…"
Ay... otoño...
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