Desde los afectos





















Cómo hacerte entender que siempre hay tiempo,
que uno tiene que buscarlo y dárselo,
que nadie establece normas, salvo la vida,
que la vida sin ciertas normas pierde la forma,
que la forma no se pierde con abrirnos,
que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
que no está prohibido amar,
que también se puede odiar,
que el odio es el amor sin afectos,
que al agresión por sí, hiere mucho,
que las heridas se curan,
que las puertas nos deben cerrarse,
que la mayor puerta es el afecto,
que los afectos nos definen,
que definirse no es remar contra la corriente,
que no cuanto más fuerte se hace un trazo más se dibuja,
que negar palabras es abrir distancias,
que encontrarse es hermoso,
que el sexo forma parte de la vida,
que la vida forma parte del sexo,
que el por qué de los niños tiene un porqué,
que el saber de alguien no es curiosidad,
que le saber de todos es curiosidad malsana,
que nunca está demás agradecer,
que auto determinar no es hacer las cosas solos,
que para no estar solos hay que dar,
que para que nos den hay que saber pedir,
que saber pedir, no es regalarse,
que regalarse es en definitiva, no quererse,
que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
que ayudar es poder alentar y apoyar,
que las cosas cara a cara son honestas,
que nadie es honesto porque no robe,
y que el que no, es ladrón por placer,
que cuando hay placer bien entendido no se sirve,
que para sentir la vida, no hay que olvidar que existe la muerte,
que se puede estar muerto en vida,
que se siente con el cuerpo y con la mente,
que con los oídos se escucha,
que cuesta ser sensible y no herirse,
que herirse no es desangrar,
que para no herirnos levantamos muros,
que quienes siembran muros no recogen nada,
que casi todos somos albañiles de muros,
que sería mejor construir puentes,
que con ellos se llega a la orilla, pero también se vuelve,
que volver no significa retroceder,
que retroceder, a veces, es avanzar,
que no por mucho avanzar se amanece más cerca el sol,
como hacerte entender que nadie establece normas,
salvo la vida.


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