Criticaban por lo alto, se susurraban al oído, se ruborizaban con risitas sonsas; es que no se hablaba de otra cosa en aquellos días de julio de 1805: Mariquita, de 19, se casaba por fin con su primo Martín Thompson* de 28.
En la monótona vida provinciana del virreinato, el caso de María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velazco y Trillo, había dado que hablar durante cuatro años. Una vez resuelto, era el escándalo de los padres, que veían amenazada su hasta ahora indiscutible autoridad, los “Jesusmaría” de las obsecuentes madres y la envidia de las niñas convencionales.
Bella, joven y rica heredera, hija única de un influyente matrimonio que había aguardado quince angustiosos años para ser padres.
Él también hijo único, desde la niñez quedó envuelto en la leyenda a raíz de su trágica historia personal. Muerto su padre cuando él tenía apenas diez años, su madre había tomado la decisión de recluirse en un convento de clausura. Quedó, así, huérfano de padre y madre, bajo la tutela de su padrino que lo inscribió en la “Escuela de guardiamarinas” de Ferrol. Cuando en 1801 volvió de su viaje de estudios, se encontró con esa mujercita de catorce años, pequeña, pero de espíritu enérgico que reconoció en ese “Lord Byron criollo” al príncipe de sus sueños.
Don Cecilio Sánchez de Velasco y doña Magdalena Trillo se opusieron terminantemente a esos amores, “caprichos juveniles” decía el padre, que ya había elegido el futuro para su hija. Muy encandilado estaría don Cecilio con los blasones de don Diego de Arco, familiar de los marqueses del Arco Hermoso, para entregarle su hija, cuando su fama de jugador y mujeriego era tal, que su propio padre lo había desterrado a Buenos Aires.
Mariquita, que con razones se oponía, no era atendida en sus reclamos. Su resolución fue asombrosa, el mismo día de la fiesta de su compromiso oficial, reclamó al virrey Sobremonte un representante ante el cual declaró que se la casaba a la fuerza. La ceremonia se suspendió por orden del virrey.
Todo Buenos Aires sabía de las penurias amorosas de estos jóvenes que no cejaban en su empeño y, seguían frecuentándose. Las influencias se movieron: Martín fue enviado a Montevideo y ella pasó largos días en la casa de Ejercicios Espirituales.
En 1804 la pareja inicia el juicio de disenso. Para ese entonces su padre había muerto, pero su madre seguía intransigente. Mediante ese juicio se pretendía apelar a la máxima autoridad, para concretar la unión, prescindiendo de la autorización materna.
El proceso fue tan ruidoso que llegó a España, inspirando a Moratín para escribir “El sí de las niñas”.
Doña Magdalena Trillo argumentaba que no quería ese yerno, porque a causa de su formación militar carecía de conocimientos para administrar sus comercios.
El tribunal falló a favor de los novios, quienes se casaron a fines de julio de 1805. Con el tiempo se comprobó que la madre de la novia no se equivocaba, la fortuna de su hija mermó considerablemente.
Los años fueron transcurriendo plácidamente, el halo de romanticismo de su valeroso amor, los tornó a la vida pública, en la que luego de los sucesos de Mayo de 1810, los unió aún más el compartir los ideales revolucionarios.
La viuda de 30 años, en 1820, se casó con Washington de Mendeville, un noble francés que sería cónsul de su país en el Río de la Plata. Su vida con él fue desdichada, hasta que su esposo en 1835 partió hacia Ecuador, para cumplir función diplomática. Mendeville y Mariquita no volvieron a verse, aunque mantuvieron correspondencia hasta 1863, año en que él murió.
Mariquita, tan visionaria, tan preclara, tuvo una vida amorosa signada por las equivocaciones y la desdicha. Aunque se quejara con amargura, seguramente vivió convencida de haber actuado bien, de haber obedecido las órdenes de su corazón, único tirano que podía tolerar.
Por algo, ya en su ancianidad, escribió a su hija Florencia: “mujer que tiene pasiones tiene mérito y, sea en la clase que sea, tiene corazón y es lo que aprecio”".
Relato autorizado para su publicación por © Peña de Historia del Sur. Ana di Cesare, Gerónimo Rombolá, Beatriz Clavenna. Versión para Internet del artículo publicado en 1993. La bibliografía y documentación que lo sustenta, puede solicitarse al correo del blog.
http://ellostambienamaron.blogspot.com/2007/12/mariquita-sanchez-de-thompson.html
Más datos interesantes de esta patriota argentina en http://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_S%C3%A1nchez_de_Thompson
* Martín Thompson (1777 – 1819) perteneció al grupo patriota integrado entre otros por Nicolás Rodríguez Peña y Juan José Castelli, y como miembro del Cabildo Abierto, apoyó a la Revolución de Mayo.
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