Recordar y evaluar, diciembres anteriores...

Alguien me preguntó por vos, y entonces tuve que hacer memoria para nombrarte…
Hace años que te vengo viviendo de manera extraña, no querida.
Llegando de repente y vivo esperando que termines pronto. Feo, con lo que me gustría disfrutarte como hace unos año, cuando era más jóven y todo en tus días era liturgia dómestica y preparación...
Ahora, en la profundidad de mi corazón solo existe durante tus días agobiantes, el querer poner por encima de todos esos deseos los de amor y paz, que tanto me cuestan priorizar en este tiempo del año.
Tuviste olor a jazmines con presagio navideño, tuviste conclusiones, desencuentros, despedidas, realizaciones finalizadas, corridas, apuros, sin sabores, desencantos y armado de valijas, en medio del principio del calor.
No tuviste arbolito por segunda o tercera vez, ya no recuerdo, pero tuviste pesebre en mi corazón a pesar de todo y todos. Te prometo otro encuentro distinto la próxima vez que nos veamos. Va a ser muy especial e inolvidable, de eso no caben dudas. Ya sé que te recordaré por siempre.
No te quise olvidar así, habrá momentos mejores entre nosotros, eso espero, eso añoro.

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